Cuando alguien sufre una parada cardiaca, cada segundo cuenta. El cerebro sólo puede sobrevivir unos minutos sin oxígeno, y a menos que alguien intervenga rápido con compresiones torácicaslas posibilidades de supervivencia caen en picado. Pero el camino hacia lo que hoy conocemos como reanimación cardiopulmonar ha durado siglos. Se trata de una técnica que ha evolucionado a base de pruebas, errores e innovaciones, y a la que han dado forma personas de orígenes muy diversos.
Raíces antiguas e inspiración temprana
La idea de revivir a los muertos es tan antigua como la propia narración de historias. En la mitología del antiguo Egipto, Isis resucitó a Osiris con el aliento de vidaun vínculo conceptual temprano con la idea de la ventilación artificial. Los relatos bíblicos también recogen ejemplos tempranos de reanimación. En el Libro de los Reyes, Se describe a Eliseo reviviendo niños utilizando lo que hoy podríamos considerar formas rudimentarias de boca a boca.
Arriba: Osiris recibió el beso de la vida de Isis
La chispa de la ciencia en el Renacimiento
En el siglo XV, los médicos empezaron a abordar la reanimación con un grado algo mayor de observación clínica. Burhan-ud-din Kermani, un médico persa, describió métodos que implicaban la manipulación física del pechoun precursor de las compresiones torácicas. En 1667, los experimentos de disección de Robert Hooke dieron un paso más y demostraron que la respiración en sí no era la clave de la vida.era el suministro de aire fresco. Más tarde se convertiría en una idea fundamental de la ventilación artificial.
Arriba: Robert Hooke.
El siglo XVIII marcó el paso de la teoría a la práctica.
Varias décadas después, William Tossach reanimó con éxito a un minero utilizando ventilación boca a boca. Su trabajo tuvo una enorme repercusión y pronto vimos la creación de sociedades de rescate, que supusieron un gran avance, sobre todo en la idea de que los transeúntes intervinieran para mantener la vida mediante la ventilación. Se trata de una mentalidad similar al concepto de RCP por parte de un transeúnte.
A finales del siglo XVIII, se crearon en toda Europa organizaciones dedicadas al tratamiento de las paradas cardiacas y otras muertes súbitas. En Londres, Thomas Cogan cofundó la Sociedad para la Recuperación de Personas Aparentemente Ahogadas, más tarde conocida como la Real Sociedad Humanitaria. En muchos sentidos, su trabajo sentó las bases de los actuales sistemas de respuesta a emergencias.
La historia de la reanimación cardiopulmonar en la época victoriana
La innovación victoriana continuó el progreso. Marshall Hall propuso en 1856 una técnica de laminación para la ventilaciónPero Henry Silvester pronto lo sustituyó por un método que implicaba el movimiento de los brazos mientras el paciente estaba tumbado boca arriba. Este método obtuvo un amplio apoyo y perduró hasta bien entrado el siglo siguiente.
Las primeras menciones de las compresiones torácicas directas también datan de esta época. En 1868, John D. Hill utilizó la presión esternal para ayudar a la inhalación, y más de 20 años después, Friedrich Maass fue el primero en documentar el éxito del masaje cardíaco externo en un ser humano.. Esto marcó un punto de inflexión crucial: la circulación tenía ahora un papel en la reanimación junto con la ventilación.
La reinvención del siglo XX
A medida que mejoraban las técnicas, los métodos de ventilación artificial se iban perfeccionando. A finales de los años 20th En el siglo XIX, Edward Schafer introdujo su método Schafer basado en la prona, que más tarde fue superado por la técnica de Holger Nielsen.
Un gran avance se produjo en 1946, durante un brote de poliomielitis.
Anestesista James Elam utilizó la respiración boca a boca para salvar a pacientes cuando fallaban los respiradores mecánicos. Su trabajo y la posterior colaboración con Peter Safar demostraron que la ventilación por aire expirado podía mantener los niveles de oxígeno de forma eficaz.
A finales de la década de 1950, estas técnicas estaban ampliamente validadas. Un grupo ad hoc de expertos aprobó la respiración boca a boca para lactantes y niños, y la Asociación Médica Americana hizo lo propio en 1958. A partir de ese momento, la ventilación artificial volvió a incorporarse a la práctica médica general.
El descubrimiento de las compresiones torácicas modernas
Aunque Maass había descrito el masaje cardiaco externo en el siglo XIX, la idea se pasó por alto hasta 1958. Ese año, unos investigadores del Johns Hopkins (Kouwenhoven, Jude y Knickerbocker) estaban estudiando la desfibrilación en perros cuando notaron que al presionar el pecho se producía un pulso. Esto condujo a experimentos que definían la frecuencia y la posición ideales para las compresiones.
Su técnica se utilizó por primera vez en una mujer en parada cardiaca tras una anestesia. Se recuperó y un estudio de 1960 registró una tasa de supervivencia de 70% en 20 pacientes hospitalizados tratados con compresiones torácicas. El valor de la compresión como puente hacia la desfibrilación estaba ahora firmemente establecido.
Combinar distintas prácticas
En 1960, los investigadores introdujeron formalmente un método que combinaba la respiración boca a boca y las compresiones torácicas. El método A-B-C (Airway, Breathing, Circulation) se adoptó y se enseñó ampliamente. La formación de los profanos siguió siendo controvertida. Mientras que algunas organizaciones creían que sólo los profesionales médicos debían saber hacer RCP, otras no estaban de acuerdo. A pesar de la controversia, en 1966 se estandarizaron las directrices de RCP y se introdujeron por primera vez los maniquíes de entrenamiento.
Construir el sistema en torno a la RCP
En 1965, Frank Pantridge creó la primera unidad móvil de cuidados coronarios. El éxito de su equipo en Belfast influyó en programas similares de atención prehospitalaria en todo el mundo. En EE.UU., el condado de King (Washington) fue pionero en la formación de socorristas y profanos en reanimación cardiopulmonar.
La reanimación cardiopulmonar asistida por reanimador, introducida en 1981, aumentó drásticamente la intervención de los transeúntes. El modelo de "cadena de supervivencia" de acceso precoz, reanimación cardiopulmonar precoz, desfibrilación precoz y atención avanzada precoz se convirtió en el marco de los esfuerzos de reanimación y se sigue utilizando en la actualidad.
Reanimación en la 21st Siglo
En los últimos años han proseguido los esfuerzos por mejorar la RCP. Se han realizado ensayos con drones para suministrar desfibriladores, así como ECMO-CPR (derivación cardiopulmonar durante la RCP en curso), han demostrado ser prometedoras. A medida que evolucionan los conocimientos sobre las compresiones torácicas y la ventilación, también lo hacen las herramientas y las técnicas. Los avances en los maniquíes de reanimación cardiopulmonar han contribuido a proporcionar a los alumnos información más clara y circunstancias de entrenamiento más realistas.
Mantener la eficacia de la RCP exige innovación
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Lecturas complementarias
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